Las ovejas negras también sueñan
Hola, soy yo, Steve. He vuelto, ¿me echabas de menos? Hoy vengo a contarte un sueño que tuve el otro día:
Estaba andando por la calle como siempre, con mi gorra favorita y mi monopatín a la espalda, siendo yo. Y conforme iba caminando, me iba encontrando con más y más gente que llevaba ropa y accesorios que jamás había visto. Todos parecían tremendamente felices.
Sí, lo sé, es un sueño muy simple, pero al despertarme me hizo pensar. La gente no siempre se expresa como querría, algunos por miedo al qué dirán, otros por querer encajar, y otros por miedo a las repercusiones que pueda tener. Ser uno mismo no es simple, y menos aún cuando desde pequeños nos han insistido en que hay que seguir la corriente de la sociedad. Pero, ¿y si ya no quiero? Muchos pueden tener esa pregunta encajada en su cabeza y aún así seguir caminando en la dirección de la multitud. Luchar contra la sociedad no es fácil, no todo el mundo te aceptará, no todo el mundo te dará ánimos para seguir expresándote como eres, pero eso no debe pararte los pies.
Pero hay que tener algo en cuenta, la sociedad no es lo único que te detiene, también estás tú. Trabajar en uno mismo puede que sea incluso más difícil que ignorar las opiniones ajenas sobre tu forma de ser y de expresarte. Esforzarse por quererse a uno mismo es duro, puede llevarte días, meses o años, todo depende de la situación de cada uno, pero te aseguro que la recompensa es inigualable. Una vez dejas de frenarte a ti mismo, el resto te parecerá una tontería.
Llega un punto en el que pierdes el miedo a expresarte como eres, un momento maravilloso en la vida, donde te liberas de todos los prejuicios con los que has crecido y empiezas a vivir, a vivir de verdad. En ese punto, el mundo cambia a tu alrededor, todo es más brillante, tomas las decisiones que te hacen feliz, y todo lo ves con otros ojos. Unos ojos que se han quitado las gafas del bien y el mal impuestos por la sociedad en la que vivimos y que han empezado a ver por sí mismos.
Sólo se vive una vez, sólo hay un hoy, un mañana y un ayer, sabiendo eso, ¿por qué ibas a desperdiciarlos ocultando quién eres? La gente de mi sueño lo sabía, y por eso no tenían reparos en expresarse como eran, muchos lo reflejaban en su forma de vestir, como yo, y os aseguro que daba mucha más vida y color a la calle. De hecho, conforme iba caminando se me ocurrió una expresión. Mientras observaba sonriente a mis alrededores, pensaba: hoy se sienten Oblack. Una expresión alucinante, ¿verdad? Me siento Oblack… Sí, es perfecta para manifestar que hoy no tienes ganas de ocultarte entre la multitud, hoy caminas a contracorriente, te expresas tal y como eres y eres feliz haciéndolo.
Y tú, ¿te sientes Oblack?
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